El Fin del Mundo

El Apocalipsis, hasta la palabra tiene cierto encanto, un tema siempre de moda, el juicio final, la humanidad está pendiente de lo que se considera el fin, pero de acuerdo con su protagonismo preveé su epílogo como el fin del mundo, no como el fin de la humanidad, sino como el fin del mundo, los dinosaurios se extinguieron en su totalidad, pero no fue el fin del mundo, fue el fin de los dinosaurios.
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La diferencia entre los seres humanos y los demás animales es la obtención de la conciencia, pero está lleva una maldición, la certeza de la muerte, la defensa entonces consiste en negarnos lo fugaz que somos, e inventarnos como seres de energía, de una energía infinita, eterna, todo magistralmente dirigido por un ser superior, entonces la religión actúa como un acto reflejo, el reaccionar instintivo hacia la muerte, y curiosamente, dichas religiones también deparan un fin, ellas nos ofrecen distintas versiones del fin del mundo, pero orientadas siempre a la generación del miedo, creando como ganancia la sumisión de sus adeptos; castigo para los desobedientes, premios para los que cumplen con las reglas impuestas.
0 El planeta está sujeto a diversos eventos que pueden ser ligados a una extinción masiva, de hecho se han documentado por lo menos dos sucesos de esta índole; una sobre exposición a rayos gamma debido a la explosión de una supernova en el espacio cercano casi extinguió la vida en el período Pérmico-Triásico (la era de los trilobites) y el famoso meteorito que cambio el curso evolutivo del planeta desapareciendo a los grande reptiles y dándole ventaja a los mamíferos. Estás dos teorías se aceptan ya como ciertas y actualmente también algunas conjeturas consideran que el diluvio universal fue de hecho el impacto de un cometa en el Océano Indico. Aunado a estos factores externos la contribución humana en el progresivo calentamiento global (que aún hay quien niega), aumenta la expectativa de un evento cataclísmico que amenace la vida humana.
0 ¿Será la purga que el planeta necesita? Pues de hecho ninguna especie, en ningún momento ha sida tan dañina a su entorno como la humana, lo que nos convierte en víctima de nuestra propia voracidad, pues tenemos la capacidad probada de crear, pero nuestra anti-naturaleza nos invita a destruir.
0 Entonces cuando el próximo cataclismo suceda, no habrá que temer. Solo ser concientes que pase lo que pase, nos lo merecemos.