Takk...


Hoy cumple diez años, según algunos esa es la mayoría de edad para aquellas piezas que están destinadas a convertirse en un pedazo de la historia cultural de la humanidad, aquellas piezas que se consideran con la autonomía lumínica como para convertirse en faro que le da perspectiva a la historia sónica de ese momento. A esos tal vez mal llamados "clásicos".

Hoy cumple diez años entonces.

El 12 de septiembre de 2005 sale a la venta el cuarto disco de estudio del grupo islandés Sigur Rós, pero, ¿Teníamos que esperar diez años para considerar éste disco como un clásico? Con piezas como Milanó, Glósóli, o como la eterna Hoppípolla... esas joyas que se convierten en parte de nuestra vida, de nuestro "soundttrack" personal en cuanto las escuchamos. Eso, eso fue un clásico instántaneo, un clásico que nunca envejeció, un disco que no sólo nos ha visto crecer y madurar como un simple espectador, sino que nos ha envuelto entre sí, ha estado allí entre las lágrimas, entre las risas, alimbrando el camino perdido. convirtiéndose en parte de nuestra vida.

Será tal vez que yo me lo tomo demasiado personal, pero es que simplemente ese disco cambió mi vida, y tal vez me quedé corto, Es álbum que fue como la música marcial que me marcaba el paso mientras atravesaba el portal hacia aquella que ha sido la mejor época de mi vida, fue la música de fondo que tocaba mientras yo afianzaba las relaciones personales que a pesar del tiempo han perdurado. Pero eso sólo es una parte, eso solo es en la parte musical.

Sigur Rós es una puerta hacia otro mundo, uno que nos está escondido a simple vista, tal vez sea también ese mundo de elfos y seres fantásticos que a veces nos describen, pero principalmente es ese mundo de expresiones artísticas que no pertenecen a lo cotidiano, de posturas conceptuales y de propuestas originales, de un arte que se nos ha negado a llegar por los canales culturales convencionales, esos mismos canales que nos inundan con pobres propuestas. fórmulas gastadas, personajes prefabricados e ídolos de cartón. El descubrimiento de ese mundo fue un viaje mágico e inesperado, y cómo en todos los viajes largos de ese tipo, estos viajes te convierten en otra persona.

Uno por uno, constatamos que tampoco el mundo estuvo indiferente a su mágica influencia; inevitablemente éste se permeó de Sigur Rós, pudimos escucharlos en promocionales de televisión, en soundtracks y en trailers de películas, en documentales y en videos de aficionados... la belleza siempre encontrará la forma de filtrarse al mundo... Takk no se convirtió en clásico, Takk fue él que convirtió al mundo...