Esto no es para ti...

Escribo estas notas simples, ya no para que las leas, sino porque yo las tengo que escribir... porque es difícil comprender el peso de una palabra que no se dijo, que no se gritó, que no se escribió... sólo hasta que es liberada, aunque ya no sea escuchada, aunque no sea leída.

Tú qué me lees, esto no es para ti, y tal vez a quien se lo escribo nunca lo lea, pero queda aquí para dejar testimonio de que comprendí, a través de la triste experiencia, que el amor profundo, el amor del que se canta, del que se escribe, ese, el amor eterno, siempre es unilateral... sólo así es que se vuelve inmortal.

Y es ese amor al que uno se vuelve adicto, al que no termina, porque no hay límite en la caída, porque no hay fondo en ese vacío en el que se vuelcan las esperanzas, esas que alimentamos creyendo que, por simple justicia básica debían ser contestadas...

...pero no.

Es la vida en el autoengaño, ni siquiera engaño, pues la conciencia del mismo le da ese sabor de derrota constante, y nos baña del estoicismo del que pelea una batalla perdida, pero no ha de bajar los brazos, ese dejo de falso heroísmo que por lo menos nos concede el protagonismo de la tragedia que representamos.

Tú que me lees, si te has quedado a mi lado hasta este momento, comprenderás lo íntimo de lo que escribo, pero sabrás también que el mensaje es universal, y que esto sólo es la catarsis de un corazón que descubre que por fin puede sentir algo, pero que con horror encuentra que sólo es dolor.

Esto no es para ti, pero confío en que te evite que alguna vez lo tengas que expresar por ti mismo.