Aunque me tarde un poco en verla, a pesar que me llamaba mucho la atención, asistí al cine a ver la película District 9 (Sector 9 en español), película neozelandesa del director Neill Blomkamp, cuya trama se desarrolla 30 años después de que una nave extraterrestre que queda varada encima de la ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica, y cuyos ocupantes son obligados a vivir en un Ghetto.
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Está invasión extraterrestre resulta en la otra cara de la moneda de ID4 (Día de la Independencia, E.U. 1996), ya que en ésta se desenmascara al verdadero monstruo, la elección que la raza alienígena perteneciera a algún tipo de insecto desarrollado, explica por sí sola la situación de que la población general carezca de la inteligencia, desarrolladora de tecnología que les permite viajar por el espacio, lo cual nos da por resultado una raza propicia a la clase de abusos que les perpetran los anfitriones terrestres, que aprovechan para cometer los abusos xenofóbicos que los han caracterizado durante toda su historia. Los personajes extraterrestres solo son el pretexto, pues situando la geografía solo basta recordar las barbaries del Apartheid que son denunciadas casi románticamente en The Power of One (El Poder de Uno, U.K. 1992), o en el nivel científico, con los crueles experimentos que nos recuerdan esa idea que Hollywood nos ha dado de los nazis y del oscuro Dr. Menguelle, lo que convierte a dicha película en no solo en una más de ciencia ficción, sino en una acertada denuncia hacía el género humano, hacia su odio e intolerancia, a pesar de que el nivel de realismo visual y técnico raya en la perfección, creo que lo anterior es lo más sobresaliente de la película.
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La narrativa de la historia resulta original e innovadora para el género, los personajes van evolucionando in crescendo, y algunas escenas guiñan hacia el gore, obviando la mano del productor Peter Jackson. Muy recomendable