Desnudando la conciencia

Desde hace unos días se presenta en el Museo Universitario de la Cultura y las Artes (MUCA) la instalación del fotógrafo y (polémico) artista conceptual Spencer Tunick en la Ciudad de México. De la obra del artista ya se ha escrito mucho, tanto de sus trabajos que antecedieron, como del que rebaso en convocatoria a todos los anteriores, y exactamente la numerosa convocatoria es lo que llama tanto la atención en este asunto, cómo es que esta ciudad, que cuenta con un estigma de tradiciones morales como una de sus características definitorias. y de cómo dentro de dicha sociedad conservadora en principio, surge una conciencia cosmopolita, incluyente y tolerante, cuyos vértices empiezan a despuntar. 0
Dicha exposición en el museo nos muestra, curiosamente, como el trabajo del fotógrafo Tunick es rebasado por un espíritu de libertad, que se hallaba oculto, agazapado entre las paredes de esta ciudad, una ciudad conocida por su prejuicios: el de los tatuajes, el del peinado de cacatúa, el joto, el gordo, etcétera, pero cuando se lleva la piel hacia el viento no solo de desnuda el cuerpo, queda también expuesta nuestra humanidad, todos los adjetivos caen al suelo, quedan junto a la ropa, que después de unos minutos deja de tener significado. Todo queda color carne, que unifica mientras se conserva la individualidad, un uniforme que no uniforma.
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La foto solo queda para la anécdota. Este es la punta del iceberg, estamos cansados de estar en el colonialismo social, y obviamente el desnudarse no nos saca de él, sino que demuestra que estamos listos a derrumbar tabúes, cambiar nuestra mentalidad, abrirnos a otras expectativas. Simplemente queremos más.

6 comentarios:

Adriana Dorantes Moreno dijo...

El hecho de estar desnudo frente a miles de personas que compartían el mismo gusto es algo de lo cual creo que no se puede opinar si es que uno no ha sido parte de eso; sin embargo, puedo comentarte algo al respecto, sobre la posición del arte, y a lo que se piensa que es arte, porque la expericneia de Tunik es más innovadora precisamente por su trasgresión a lo estipulado por las sociedades, cualesquiera que estas sean, unas más conservadoras que otras, o más puritanas o más lo que sea... la cosa es que el arte está en decadencia, (si, yo y la decadencia, mi palabra favorita, pero es muy en serio) actualmente ya cualquier persona dice que lo que hace es arte y esto es en gran medida con el motivo de trasgredir, de impresionar, de llamar la atención.
Repito que yo no soy quién para cestionar la experiiencia del desnudo, que es verdaderamente algo que no se ve todos los días, pero estoy muy segura que son dos cosas distintas, por un lado la experiencia colectiva de ser parte de algo, esto desde el punto de vista de la gente que se atreve a posar para la foto, y por otro lado, la visión completamente distina que es el movil que tiene Tunik para hacerlo, mismo que corresponde al arte y a buscar nuevas formas de expresión.
En esta sociedad de la cual hablas, creo que ya nada parece sorprender, todo es una decadencia constante en la que ya nada nos anima a sobresalir o a transgredir verdaderamente y creo firmemente que el esfuerzo de Tunik está encaminado a eso, por el lado del artista, pues él mismo se llama así mismo artista ¿cierto?: Ya lo que pase con la gente, es otra cosa...

Adriana Dorantes Moreno dijo...

Fe de erratas... Tunick, en lugar de Tunik

Angel Pastrana dijo...

Pues ciertamente es muy confuso determinar un criterio para el arte, y realmente no me ocupa en mi entrada el sentido artístico, ni la visión de Tunick, lo que llamas decadencia yo lo veo como esperanza, no en devaluar el sentido creativo de un artista, sino la aceptación de una sociedad conservadora para romper estandares preestablecidos. El olvidar tabúes y derribar totems de solemnidad es un logro en la cultura popular para abrir horizontes. Un saludo.

Adriana Dorantes Moreno dijo...

Creo que es peor tener esperanza...

XOXOXO

Adriana Dorantes Moreno dijo...

Creo que es peor tener esperanza...

XOXOXO

Anónimo dijo...

Amanda esta amargadita..

es peor vivir en la ciudad de la esperanza.